Enésima reivindicación de Nacho y el Bernabéu se rinde a su capitán
Son muchas las voces que consideran que la titularidad de Nacho no debería noticia, que es un proceso natural por rendimiento. No opina así Ancelotti, quien prefiere colocar junto a Militao a Alaba, ahora lesionado, o a Rudiger, por delante de quien muestra día sí y día también una fiabilidad a prueba de bombas.
Ante el Espanyol, el madrileño volvió a cuajar un sensacional partido. Fuerte en defensa, seguro con el balón en los pies y rápido al corte como central, y valiente en cuanto su entrenador lo colocó como lateral izquierdo.
Desde ahí firmó la jugada del partido. Arrancó desde su campo para marcharse con un regate de los tres rivales que le rodeaban. Se marchó con potencia no exenta de elegancia mientras algunos enemigos no podían ya ni con su alma en esos últimos instantes. Siguió conduciendo, avanzando metros esperando el momento oportuno para asistir a Asensio, que no iba a desaprovechar el regalo de su compañero.
"Nacho, Nacho, Nacho" coreó el coliseo blanco, entregado al esfuerzo y a la calidad de su One Club Man. "Ha sido una buena jugada, no estoy acostumbrado a hacer esas incursiones, pero ha salido bien", explicaba con modestia en los micrófonos de Movistar LaLiga al finalizar el choque.
Y mientras, pensando en su futuro y en esa renovación que no llega. A 30 de junio queda libre. Él se deja querer. "Se me pone la piel de gallina. A día de hoy soy feliz, no voy a decir nada más. Si las cosas van como hasta ahora, la felicidad que tengo por defender esta camiseta no la voy a encontrar en otro lado".
Pues blanco y en botella... o en camiseta, ese es el ADN del Real Madrid. Y la N se refiere a Nacho.