El Madrid se estanca en Mallorca y le entrega al Barça la posibilidad de fragmentar LaLiga
Abrumado. Confundido. Sin piernas. El Real Madrid no carbura. No reacciona. Cede terreno sin pensar en las consecuencias. Sin analizar que es febrero. Que la Champions está a la vuelta de la esquina y que el ecuador de la temporada empieza a quedarse atrás.
El equipo merengue se mostró espeso, pálido y cansado ante un rival que, en teoría, no iba a generar vicisitudes. El Mallorca salió a por todas desde un inicio e intentó fragmentar la línea de cuatro defensores implementada por Ancelotti con un juego directo y agresivo.
Con el Mundial de Clubes encima, el Real Madrid decidió ejercer rotaciones. Toni Kroos (33) y Luka Modric (37) empezaron el encuentro en el banquillo de suplentes. Eduardo Camavinga (20), Federico Valverde (24) y Dani Ceballos (26) integraron el tridente de una zona medular que expuso síntomas de desconexión y de pasividad.
El ataque no recibía balones. Los centrocampistas no impulsaban acciones de peligro. Los laterales no atacaban el espacio a las espaldas de los defensores del Mallorca. El Real, en sí, era un desastre.
Un desastre que se ha visto consumado en el minuto 13 cuando Nacho (33) intentó despejar un centro desde la banda izquierda y envió el balón al arco resguardado por Lunin (23). El ucraniano saltó al once inicial en un movimiento de última hora. Courtois (31) se lesionó el abductor en el entrenamiento. Ancelotti decidió darle descanso al belga.
El Madrid ha terminado sometido por el poderío físico del Mallorca. Tanto así que en la segunda mitad la entidad de Chamartín se ha entregado de lleno a las acciones a balón parado para intentar igualar el marcador.
Vinicius (22), además de provocar a los rivales y de calentarse por las faltas que le cometían, no ha marcado la diferencia. Marco Asensio (27), que estaba llamado a liderar la generación de juego, ha fallado un penalti en el que era su antiguo campo. Rodrigo (22) se ha instalado como falso nueve y ha pasado desapercibido.
El Real Madrid se ha quedado corto. La derrota por la mínima podría abrir una brecha en LaLiga. Si el Barcelona vence al Sevilla, se posicionará a ocho puntos de diferencia de los merengues. La caída ante el Mallorca es un golpe de peso que siembra dudas en una plantilla limitada que ha perdido a su máximo goleador a causa del desgaste.