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El extraño semestre de Alcaraz después de Nueva York: lesiones, título y un mar de dudas

Rafael Gómez
Alcaraz en el Abierto de Río
Alcaraz en el Abierto de RíoAFP
La participación del murciano en el Abierto de Acapulco es una incógnita. Alcaraz terminó con inconvenientes físicos la final de Río contra Cameron Norrie (27). Su cuerpo médico estudia las posibilidades pero ve "difícil" una actuación a raíz de las lesiones y de la "falta de preparación".

Desgastado, con un rostro de consternación. Afligido por una lesión que parecía solucionada. Así disputó Carlos Alcaraz (19) la final del Abierto de Río. El sábado, el murciano sacaba pecho: consciente de sus inconvenientes físicos, se decantó por mantenerse en pie. La actitud, valorada por sus seguidores, fue contradictoria a su devenir en el partido ya que su rival, Cameron Norrie (27), le pasó por encima el domingo.

El talento y la determinación reflejadas por Alcaraz no son novedad. Él, a base de remontadas, ha consignado títulos importantes. Esos valores le hicieron campeón del US Open. Tras la competición norteamericana, la carrera del murciano transcurre en una montaña rusa: del número 1 al número 2 de la ATP; de protagonista de torneos a eliminado en las primeras de cambio. De campeón en Buenos Aires a subcampeón en Río, dos realidades contrarias que siembran una incógnita : ¿Ha superado Alcaraz las lesiones?. ¿Qué le ha pasado al murciano de septiembre a febrero?.

El 2022 de Alcaraz quedó marcado por el título del US Open. El español se convirtió en el tenista más jóven en conquistar un Grand Slam. La gesta le impulsó hacia el primer lugar de la ATP. 

El segundo semestre del año no fue igual de positivo. El rosario de traspiés que ha vivido Alcaraz inicia en Valencia. Después de hacerse con el US Open, decidió ayudar a España en la Copa Davis. En Turia, el fanatismo desbordado del público ante el nuevo talento europeo daba un aviso: su vida iba a sufrir un giro de 180 grados. Ya no era un prospecto. Su "un partido en Madrid es muito longo" le había dado la vuelta al mundo. 

Dice el refrán que llegar al Olímpo no es lo más difícil. Mantener el ritmo, aguantar la presión y permanecer en el lugar adecuado es una tarea que pocos logran solventar. Alcaraz, motivado por su éxito precoz, recargó su cuerpo con una decena de partidos que, en la actualidad, le pasan factura. 

La primera caída del murciano ocurrió en Valencia, con un estadio entero aplaudiéndole. Felix Auger-Aliassime impuso condiciones. La derrota en la Copa Davis supuso un descanso. Alcaraz se resguardó por unas semanas. Incluso visitó El Palmar, su pueblo natal. Con el reposo concluido, optó por participar en Astaná, en donde fue derrotado por David Goffin en la primera ronda. 

En Basilea, su suerte mejoró: avanzó a las semifinales tras superar a Van de Zandschulp y a Pablo Carreño. Auger-Aliassime fue el encargado de terminar el tránsito de Alcaraz en Suiza. 

La París-Becy, el punto de quiebre

París, la Ciudad de la Luz, estaba llamada a iluminar el cierre de año. Alcaraz, en lugar de encontrar brillo, dio con una oscuridad repentina: una lesión abdominal le obligó a finalizar la temporada antes de lo previsto. 

El año cerró con el murciano en la cima de la ATP. Novak Djokovic (35) levantó el Abierto de Turín y empezó a inquietar a Alcaraz. El serbio tenía -tiene- hambre de títulos. Su deportación de Australia en el 2022 le impulsa a demostrar de qué está hecho. 

La inestabilidad del 2023 

El objetivo del 2023 era contundente: enfocarse en la preparación para dar el máximo en Australia. Una lesión en Villena -semimenbranoso de la pierna- postpuso su sueño. Alcaraz no alcanzó a llegar al primer Grand Slam del año y vio como Djokovic, que ya había avisado sobre sus intenciones, conectaba con un título más que valioso. 

El serbio tumbó a Alcaraz de la cima de la ATP. El triunfo de Djokovic en Melbourne supuso una realidad: la experiencia pesó por encima de la precosidad. El anhelo de vencer siempre llevó al español a un rincón complicado y, además, relanzó la carrera de un jugador peligroso a quien muchos dieron por acabado. 

Buenos Aires querido 

"Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver no habrá más pena ni olvido", decía Gardel. 

Buenos Aires fue como un tango para Alcaraz: esperanzador, romántico e ilusiorio. Tras 104 días de ausencia regresó a una competición. Consignó el primer título del 2023 ante Cameron Norrie (27). Las sensaciones no podían ser mejores. Un trofeo más, una estrategia que funcionó a la perfección y un aparente adiós a las lesiones que edificaba una base de cara a una temporada ilusionante. 

El plan, sin embargo, ha presentado un obstáculo: las lesiones no se habían ido del todo. La vida siempre ofrece revanchas. El tenis también. Norrie, que sufrió una dolorosa derrota en enero, ajustó sus cuentas con Alcaraz y lo venció con solvencia en Río. 

La humedad, las altas temperaturas y el cansancio derivado de la serie de partidos desgastaron al español que, menos de 48 horas después, pone en duda su participación en el Abierto de Acapulco. Su médico ve "difícil" su participación.