Cuando la salvación está en juego, los nervios están a flor de piel y los equipos se dejan la vida por avanzar un simple metro. El Elche llevaba tan solo un punto en los siete primeros partidos de LaLiga, con un pésimo balance de tres goles a favor y 18 en contra, y por eso la necesidad de ir sumando la cantidad de puntos que fuera era imperante.
El ejercicio de lucha y aguante de los ilicitanos ante el Mallorca ha sido tal que solo cabe elogiarlo. No han sido mejores que el equipo balear, pero la falta de calidad en el fútbol moderno bien se puede suplir con trabajo y esfuerzo.
El Mallorca comenzó el choque como un relámpago. No había pasado ni un minuto cuando Muriqi (28) se encontró con un balón dentro de área y, solo ante Édgar Badía (30), no consiguió definir. No sería la última vez que el duelo entre el delantero bermellón y el portero del Elche se saldaría con victoria para este último. A los 10 minutos, Antonio Sánchez cayó dentro del área local, algo que no vio un Pizarro Gómez bastante desacertado durante todo el encuentro. Pero para eso está el VAR, que le avisó (vía telefónica al cuarto árbitro porque la tormenta incapacitó las comunicaciones normales) y terminó señalando penalti justamente. Se encargó de lanzarlo el atacante kosovar, pero Badía se estiró para regocijo de su nuevo entrenador Alberto Gallego (48), que se estrenaba en LaLiga tras la destitución de Francisco Rodríguez la semana pasada.
Como suele ocurrir, varios fallos propios acaban en aciertos del rival y el Mallorca pasó de poder celebrar el 0-1 a comenzar perdiendo. A la salida de un saque de esquina, Ezequiel Ponce (25) giró el cuello para rematar de manera perfecta el centro de Gumbau, adelantar a su equipo en el electrónico y dar esperanzas a un público local que no había tenido demasiado que celebrar en el arranque de esta temporada.
Los pupilos de Javier Aguirre siguieron atacando tanto en la primera parte como tras la reanudación, y se las prometían felices cuando el partido se les puso aún más complicado a los ilicitanos tanto con la expulsión, VAR mediante, de Lucas Boyé en el minuto 61 cuando tan solo llevaba cuatro minutos sobre el terreno de juego, como sobre todo con el segundo penalti de la noche para los visitantes, este bastante menos claro que el primero, que Muriqi se atrevió a lanzar de nuevo poniendo el 1-1 que a la postre sería definitivo.
No fue la última vez que el kosovar sería el protagonista puesto que, una vez más, el VAR intervino para expulsarle en el minuto 85 por una acción un tanto rigurosa con Pere Milla, de quien se intentó zafar tocándole en el cuello, pero que González González desde la sala VOR consideró como agresión. Con los equipos igualados a 10 jugadores, la dinámica del choque cambió por completo y fue el Elche quien buscó la victoria, pero su falta de acierto en ataque hizo que Gallego y los suyos se tuvieran que conformar con un punto que no les saca del farolillo rojo de la tabla.
El club alicantino visitará el próximo fin de semana al Valencia, mientras que el Mallorca, que se queda duodécimo de LaLiga Santander con nueve puntos, recibirá en Son Moix al Sevilla de Sampaoli.
Jugador Flashscore del Elche-Mallorca: Édgar Badía.