La misma moto, pero dos maneras completamente diferentes de pilotar e interpretar las carreras. A falta de tres Grandes Premios para el final de un Campeonato del Mundo de MotoGP cada vez más equilibrado y emocionante.
Todo gracias al duelo entre Francesco Bagnaia y Jorge Martín, capaz de entretener y dejar al público y a los aficionados a las dos ruedas con la respiración contenida hasta la última curva, como sucedió en Tailandia, en el circuito de Buriram; y como probablemente sucederá en las últimas y decisivas carreras de Malasia, Catar y España (Valencia) con 111 puntos en juego (entre carreras Sprint y reales) y una diferencia entre el líder de la clasificación y el español de sólo 13 puntos.
Adelantamientos y contra-adelantamientos
'Pecco' se había encontrado con +66 tras el Sprint de Cataluña, cuando el domingo sufrió el terrible accidente a partir del cual comenzó un bajón de carácter físico: +50 tras Montmelò, +36 tras Misano, +13 tras India, +3 tras Japón, hasta -7 tras el Sprint de Indonesia, ganado por Martín.
Allí se produce un primer punto de inflexión: Martin cae de líder indiscutible del GP y Bagnaia, ganando, se coloca de nuevo en cabeza:+18. Eso se convirtió en +27 tras Australia y luego en +13 tras el pleno de victorias de Martin en Tailandia. Un sprint final por el título que verá a los dos contendientes confiar prácticamente en la misma moto, la Ducati Desmosedici, con la diferencia de que Bagnaia luce los colores rojos del equipo oficial de Borgo Panigale, mientras que Martin lleva los blancos y morados del equipo Pramac.
Una batalla de nervios
Lo que marcará la diferencia será la habilidad y la experiencia de los dos pilotos a la hora de interpretar las tres próximas pistas, mientras que el español del Ducati Pramac podrá contar también con el cálido apoyo local en la última carrera de Valencia. Entre Bagnaia, que lidera, y Martín, que le persigue, probablemente será también una batalla de nervios de aquí a final de temporada.
Con dos Ducatis idénticas a su disposición y sin secretos en los reglajes, hay poco o nada técnico que pueda marcar la diferencia. Así pues, habría que meterse en la cabeza y en el alma de los dos pilotos que se desafiarán para imaginar el final de una temporada que en verano parecía haber terminado ya a favor del centauro torinés y que, en cambio, se ha reabierto lentamente, ofreciendo emociones de alta tensión.
Ciertamente, Bagnaia podrá contar con su mayor experiencia, y su estilo de pilotaje más a la expectativa podría ponerle más a salvo de las jugarretas del destino, como las caídas y los percances técnico-tácticos. Por su parte, Martín tiene un estilo más emprendedor y, en teoría, al no tener nada que perder podrá arriesgar más, como se vio en el pasado GP de Buriram.
Seguro que, independientemente de cómo acabe, será un gran final el que le espera al Mundial de MotoGP que mantendrá despiertos a los espectadores y a todos los aficionados a las dos ruedas, incluso a los que siguen las carreras por televisión desde el sofá. Y, desde luego, más que a los amantes de la Fórmula 1, hace tiempo exenta de emoción por culpa de un tal Max Verstappen.