Y con ese estado anímico se ha presentado en la rueda de prensa de la FIA, donde ha dejado claro cuál es su deseo.
"Para mi familia, los últimos días han sido bastante tristes, porque hemos perdido a mi abuelo. Me gustaría poder dedicarle un podio en Hungría, así que correré aún más motivado para hacerlo bien", ha confesado Sainz.
Habrá que ver si el SF-23 se adapta a la revirada pista magiar mejor de lo que lo hizo Silverstone. "Este circuito debería adaptarse a nuestro coche", ha dicho esperanzado.
Sin embargo, ya no es sólo que su monoplaza rinda bien sino cómo lo hagan los demás equipos, que han ido evolucionando hasta incluso superar en algunas carreras a los de Maranello.
"El grupo detrás de Red Bull está tan igualado que el más mínimo detalle puede marcar la diferencia entre acabar en el podio o justo al borde de los puestos de puntos. Haremos todo lo posible para intentar aprovechar al máximo nuestro potencial, empezando por la calificación, en la que probaremos un nuevo formato".
Novedad en la clasificación
Ese nuevo formato al que hacía referencia Carlos Sainz tiene que ver con los compuestos que podrán usar los pilotos en la clasificación para la carrera.
En una nueva vuelta de tuerca para hacerlo más emocionante o equilibrado, a saber cómo sale, sólo se podrán utilizar neumáticos duros en la Q1, medios en la Q2 y blandos en la Q3.