La temporada pasada, el papel de Danilo Pereira en el vestuario parisino era levantar la voz y dirigir a sus compañeros, y a veces eclipsaba al capitán del PSG , Marquinhos. Sin embargo, para el jugador de 31 años, que llegó cedido al club de la capital el último día del periodo de traspasos de verano de 2020 como mero suplente, nada estaba cantado. No soy tímido, pero soy una personatranquila", confesó a Ouest-France dos años después. Digamos que observo más que hablo...".
Con la paciencia como madre de todas las virtudes, el internacional portugués se ha convertido en un jugador clave para el París Saint-Germain. Poco a poco, Danilo Pereira se está revelando como una solución táctica interesante para los distintos entrenadores que le preparan. Centrocampista defensivo de formación, ha sido una solución en el centro de la defensa, posición en la que jugó en los dos primeros partidos de esta pretemporada. Por último, su profesionalidad, humildad y espíritu de equipo le han permitido ascender en un club que confía cada vez más en él.
Un entrenador influyente. Eso es lo que le habrán dicho a Luis Enrique cuando le presentaron en el vestuario del París. El español lo validó después de algunas sesiones de entrenamiento, antes de hacerle llevar el brazalete de capitán contra el Le Havre y luego contra el Al-Nassr. Danilo Pereira es la encarnación misma de lo que el ex entrenador del Barça espera de sus jugadores: compromiso e interés por su estilo de juego.
Una hazaña que debe funcionar
Cuando las grandes mentes se encuentran. Es muy probable que Luis Enrique haya encontrado en Danilo Pereira a una de las personas de su nuevo vestuario llamadas a transmitir el mensaje del entrenador sobre el terreno de juego. La temporada pasada, el portugués nunca dudó en alzar la voz cuando la situación lo requería. Por ejemplo, tras la eliminación contra el Bayern en marzo, cuando el centrocampista admitió ante la prensa que el grupo necesitaba trabajar "todos juntos", y no individualmente, para "progresar". O tras la derrota ante el OL en el Parc en abril, cuando instó a sus compañeros a "despertar, porque el título no está asegurado en absoluto".
Un jugador de equipo con carácter, todo lo que aprecia el asturiano. Éste, como seleccionador español, no dudó en prescindir de Sergio Ramos - juzgado demasiado influyente y estrella - para tener el control absoluto de su vestuario. Sergio Busquets, un hombre en la sombra en el Barça y en la selección española, fue nombrado capitán. Su carácter reservado se parece mucho al de Danilo Pereira. En su mentalidad, el colectivo prima sobre el individuo.
En la vida, intento ser lo más discreto posible", explicabaa la AFP en marzo de 2023, después de haber sido visto regañando a uno de sus compañeros por un incidente en un partido. Pero en el campo, cambio mi comportamiento porque me gusta ganar, y si puedo ayudar a alguien y dar mi opinión sobre algo, la voy a dar, sin mirar con quién estoy hablando".
Por último, Danilo Pereira parece ser una incorporación útil para el sistema de Luis Enrique. En los dos primeros partidos de pretemporada, el portugués fue utilizado como central derecho, en un sistema híbrido que transforma su línea de cuatro a tres defensas cuando el PSG tiene el balón. Ya se le había utilizado de esta forma con Galtier e incluso con Pochettino. Y no cabe duda de que con Luis Enrique, el internacional portugués tendrá un papel verdaderamente polivalente. También en declaraciones aAFP, admitió que su "posición siempre ha sido la de centrocampista defensivo", pero que hubo momentos en los que los entrenadores no tuvieron "opción " y le colocaron como "defensa central". Una posición que conoce bien y a la que se adapta bien.
En resumen, es probable que su profesionalidad le permita, una vez más, ser un jugador importante en la versión 2023-2024 del PSG, como lo ha sido en las dos últimas temporadas. Frente al Cerezo Osaka, este viernes a las 12h20, Danilo Pereira volverá casi con toda seguridad a alinearse en el once inicial del PS G, con el brazalete de capitán si Marquinhos no es titular.