Con el Irán-Estados Unidos, la política vuelve a la actualidad del Mundial de fútbol
Hasta ese duelo de las 20 horas, las selecciones de ambos países, que no mantienen relación diplomática, se han enfrentado en dos ocasiones en la historia del fútbol.
Si un empate a uno en partido amistoso en el año 2000 fue rápidamente olvidado, su otro choque permanece en la memoria: el "partido de la fraternidad", ganado en el Mundial-1998 en Francia por Irán (2-1) en un ambiente de efervescencia en Lyon.
Disputado en un contexto de deshielo entre Occidente y la República Islámica, en el juego hubo gestos de hermanamiento entre los dos equipos, que se entremezclaron para posar juntos en la foto oficial del partido, intercambiando flores y banderines.
El contexto es más tenso en la actualidad, con unas insólitas y reprimidas protestas en marcha en Irán, y en el marco de una Copa del Mundo donde, a pesar del empeño de la FIFA en evitarlo, los gestos políticos han llegado hasta el césped.
Este martes fue puesto en libertad "sin consecuencias" el ciudadano italiano, Marco Ferri, que irrumpió la noche anterior en el terreno de juego durante el Portugal-Uruguay con una bandera arcoíris y una camiseta de apoyo a Ucrania y a las mujeres iraníes.
Bajo la lupa del mundo
La protesta de Ferri enfocó todavía más la atención en el Irán-Estados Unidos, el partido con mayor carga política de la fase de grupos mundialista.
Los futbolistas iraníes compiten en Catar escrutados por todo el planeta. Antes de cada uno de sus dos primeros partidos tuvieron que hacer frente a preguntas a veces muy repetitivas por los medios occidentales.
¿Se abstendrán de cantar su himno para mostrar su apoyo a los manifestantes como hicieron contra Inglaterra, aunque no contra Gales? ¿Celebrarán sus goles? ¿Realizarán gestos simbólicos para denunciar la represión?
Varios jugadores, especialmente la estrella Sardar Azmoun, uno de los héroes de la victoria contra los galeses en el partido precedente (2-0), denunciaron la represión en redes sociales.
Pero muchos simpatizantes de los manifestantes reprochan al Team Melli su actitud, como cuando fue recibido por el presidente ultraconservador Ebrahim Raissi antes de su partida hacia Doha.
Al constatar que sus jugadores se hallaban bloqueados por la presión, ya que hicieran lo que hicieran recibirían críticas, su veterano seleccionador, el portugués Carlos Queiroz, ha tratado de enfocar el partido únicamente desde su vertiente deportiva.
Y esta es considerable: un empate podría bastarle a Irán para asegurar su primera clasificación a octavos de un Mundial, en su sexta participación.
El equipo estadounidense, que necesita imperativamente una victoria para avanzar, también está centrado en el juego pero su federación contribuyó el fin de semana a acentuar la dimensión política del duelo.
En su cuenta de Twitter, el Team USA hizo una modificación de la bandera iraní en un gesto justificado como "solidaridad con las mujeres en Irán". La bandera oficial fue recuperada poco después.
"No es algo con lo que hayamos tenido que ver", dijo el entrenador Gregg Berhalter al pedir disculpas en nombre del equipo.
Este martes, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, remarcó también que se trata solo de un encuentro deportivo.
"Dejemos que los atletas hagan lo que tienen que hacer", dijo en una reunión de la OTAN en Bucarest. "No creo que haya ningún aspecto geopolítico particular (...) Tiene que ser un partido competitivo, dejemos que el partido tenga su propia lógica".
Puedes seguir el partido con los audio comentarios, las imágenes más espectaculares y las mejores jugadas en el siguiente enlace: Irán-Estados Unidos.