Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad

Competir y ser madre: un camino difícil pero con satisfacciones para atletas chilenas

AFP
Competir y ser madre: un camino difícil pero con satisfacciones para atletas chilenas
Competir y ser madre: un camino difícil pero con satisfacciones para atletas chilenasAFP
La maternidad es un tema que aún muchas deportistas esquivan. La esgrimista chilena Analía Fernández, contrario a lo que ella pensaba, nunca antes se sintió tan fuerte y ágil como después de dar a luz.

"Estoy en mi mejor momento deportivo. Quiero aprovechar ese 'plus' que quizás me dio la maternidad", afirma Fernández, de 25 años, después de transitar el difícil camino de ser madre durante el receso obligado de la pandemia en 2021 y seguir compitiendo junto a atletas de alto rendimiento.

Cuando tenía cuatro meses de embarazo, Fernández detuvo los entrenamientos. El receso duró más de un año, pero progresivamente fue mejorando su condición física hasta hoy que se prepara para representar a Chile en los próximos Juegos Panamericanos Santiago 2023, que parten el 20 de octubre.

"Al principio me costó bastante (...) todo duele, todo cuesta, todo pesa. Me costó entre seis y ocho meses volver a mi entrenamiento fuerte", relata.

El temor a una baja en el rendimiento, a una pausa prolongada en los entrenamientos o incluso la pérdida de auspiciadores llevan a muchas deportistas a renunciar o esperar a terminar sus carreras para tomar ese camino.

A Fernández solo se le abrió esa posibilidad cuando la pandemia paralizó este tipo de competencias deportivas. "No teníamos viajes, se había suspendido todo (...) era ahora o nunca", cuenta esta esgrimista.

Fernández logró el bronce en los Juegos Sudamericanos 2018, participó en los Panamericanos de Lima 2019 y el Mundial de Esgrima en Barcelona 2020. El pasado 28 de septiembre alcanzó la medalla de plata en los Sudamericanos de Brasil 2023.

"Pensé varias veces en retirarme"

Las deportistas que deciden ser madres deben compatibilizar sus largas jornadas de entrenamientos con el cuidado de los hijos.

"Muchas veces tienen que renunciar a sus entrenamientos o ir con el bebé", asegura Erika Olivera, excampeona panamericana chilena en atletismo y ahora diputada, quien tiene cinco hijos.

Olivera hizo gran parte de su carrera siendo madre y en los Juegos Olímpicos de Río 2016 se transformó en la primera mujer en la historia en completar cinco maratones en una cita olímpica. Una participación por cada uno de sus hijos, asegura.

"Todavía hay muchas brechas respecto de la maternidad y el deporte. No hay una tranquilidad para que las mujeres que son deportistas puedan dedicarse no solamente a vivir el embarazo" sino a "todo lo que viene después de ser madre", dice Olivera.

La esgrimista Fernández vivía en una residencia deportiva en Santiago pero una vez que nació su hijo tuvo que irse porque no se admitía el ingreso de menores de edad. Debió alquilar una habitación y buscar ayuda para cuidar a su pequeño: "Pensé varias veces en retirarme, dedicarme solo a mi hijo, pero me di cuenta de que esto es lo mío", afirma.

Algunos días debe llevar al niño de dos años al Centro de Entrenamiento Olímpico, donde se prepara para la cita panamericana de Santiago.

"Me iban a habilitar una sala con una persona que lo cuide pero después me dijeron que no tenían recursos y que me las tenía que arreglar yo sola", lamenta.

Las deportistas chilenas de alto rendimiento no pierden sus becas en caso de embarazo, pero no reciben otra ayuda adicional. Con aportes que van desde los 460 dólares mensuales hasta los 3.300 dólares dependiendo de sus logros deportivos, a la mayoría no le alcanza para pagar una guardería.

"Es difícil pero se puede"

La tenista belga Kim Clijsters ganó dos US Open en 2009 y 2010 luego de dar a luz a su primera hija, mientras que la atleta estadounidense Alyson Felix logró el oro en los 400 metros en Tokio 2020 tras un arriesgado parto en 2018. En su embarazo denunció las dificultades que encontró en su patrocinador Nike por su decisión de ser madre.

La veterana gimnasta chilena Makarena Pinto, de 35 años, vio también en la maternidad un renacer en su carrera.

Su primer embarazo en 2017 y una lesión en el pie significaron un largo parón deportivo para ella. Pero con su segunda hija apenas detuvo los entrenamientos tres meses debido al parto por cesárea.

"Es difícil, muy difícil, pero se puede. No hay por qué dejar tu carrera deportiva por los hijos", afirma esta deportista.

El esfuerzo tuvo premio en los Juegos Sudamericanos de Asunción 2022, cuando logró la medalla de oro en la prueba de salto, el mayor éxito de su carrera hasta ahora.

"Fue un orgullo haber podido demostrar que se pueden conseguir cosas siendo mamá, que no necesariamente hay que retirarse", afirma Pinto que en estos días disputa en Amberes, Bélgica, el Mundial de Gimnasia, sin perder su objetivo más soñado: llegar a los próximos Juegos Olímpicos de París 2024.