Clamor en la F1: una grúa, protagonista en el accidentado Gran Premio de Japón
Unos querían lluvia, otros preferían correr en seco y a algunos hasta les resultaba indiferente, como explicaban desde Ferrari en la previa de DAZN. Max Verstappen, en el segundo grupo, afrontaba su primer Gran Premio con opciones de ser bicampeón mundial, y en su caso desde el mejor escenario posible (en la pole position). Quería una carrera tranquila y aburrida, como un documental sin margen para la sorpresa, pero nada más lejos de la realidad. Bottas, último ganador en Japón, salía el duodécimo.
Tras la salida, que finalmente fue convencional pese a las dudas, desembocó en safety car por el accidente (sin consecuencias físicas) de Carlos Sainz, víctima del aquaplanning. Después de una vuelta y media, la dirección optó por anunciar la bandera roja debido a las condiciones atmosféricas, en principio para que los pilotos cambiaran a neumático de lluvia extrema (todos partieron con intermedio) y se pudieran retirar los coches. Parecía que podía reanudarse tras 50 minutos de parón -con el coche de seguridad, pero no fue así.
Gasly le robó algo de protagonismo a Verstappen, por supuesto sin quererlo, porque se encontró con una grúa en la pista. No se cercioraron de que todos los pilotos estaban ya fuera y se olvidaron del nuevo fichaje de Alpine, que no ocultó ni su asombro ni su enfado. Lo que ha quedado en una desagradable anécdota pudo convertirse en una importante tragedia.
Además, la FIA anunció que el francés será investigado por la posibilidad de haber superado la velocidad máxima permitidad con el coche de seguridad. La gestión por parte de la dirección fue muy criticada por Philippe Bianchi, el padre de Jules Bianchi, que falleció hace siete años, también en Japón, por una situación muy similar a la de este domingo. "No hay respeto por la vida de los pilotos. No hay respeto por la vida de Jules. Increíble", expresó en su cuenta de Instagram.