El tiempo, de nuevo, volvió a asustar a los ciclistas en la previa de la etapa: algunos corredores se reunían en la antesala de la prueba. Esperaban conocer la situación y analizar el riesgo. Las caídas, las polémicas, las tormentas, el líquido similar al aceite de motor. En fin... Los dramas se han apoderado de La Vuelta y, este domingo, Lennard Kamna se enfrentó con un pragmatismo admirable a todos los inconvenientes para hacerse con la victoria. 

En el inicio de la prueba, Movistar y UAE se quedaron cortos de piernas. El grupo, por fortuna, se retrazó un poco y los equipos consiguieron recortar distancias. La primera fuga ocurrió con ocho hombres como protagonistas:  Navarro, Barrenetxea y Rubén Fernández. Kämna, Navarro, Caicedo, Hamilton, Sobrero y Gehbreigzabhier querían tomar la delantera. 

Con la etapa en curso, las autoridades recortaron 2,6 kilómetros de subida en el Collado de Cruz de Caravaca. La decisión del ganador se iba a tomar sobre la línea de meta, tal y como ocurrió en Montjuic días atrás. 

La decisión fue comunicada a los equipos y el rendimiento de algunos corredores disminuyó. Navarro y Jonba pincharon a falta de 10 kilómetros. El grupo de fugitivos tomó cinco minutos de ventaja y ya sabía que el triunfo se encontraba entre ellos. 

Kamna ha sido el más rápido sobre el final a pesar de un intenso impulso de Roglic. Los ciclistas fugados dejaron una de las imágenes de la jornada y pasaron la meta en medio de risas. La acción, como era de esperarse, no sentó nada bien en los aficionados. 

El lunes será una jornada de descanso pasada por agua en la Península. El martes regresará la acción con una contrarreloj en Valladolid.