A 10 kilómetros de la meta, después de superar un pinchazo en la penúltima ascensión del día, el granadino ha sido capaz de tirar del carro en el descenso del Col de Joux Plane, jugándose el tipo en cada curva, y obteniendo una extraordinaria recompensa en la meta de Morzine.
En su estreno en el Tour, el joven Carlos Rodríguez está dejando su huella. Este sábado ha esperado su momento y se ha aprovechado de la lucha táctica entre Vingegaard y Pogacar para atacar en el momento preciso. Y se ha llevado su primera victoria en una Grande y, además, el podio temporal.
Por detrás, Pogacar lo intentó todo para que atraparlo, pero en el último kilómetro vio que sería imposible, así que se guardó una última carta para llegar segundo y arañar unos cuantos segundos más a Vingegaard, que entró pegado a él.
Gran caída y una sucesión de abandonos
La etapa comenzó con una gran caída a los cinco kilómetros de la salida en Annemasse, donde una veintena de corredores cayó y la carrera tuvo que ser neutralizada. Antonio Pedrero (Movistar), Louis Meintjes (Intermarché-Wanty Gobert) y Esteban Chaves (EF Education) fueron los más perjudicados y pusieron fin a su Grande Boucle teniendo que abandonar trasladados en ambulancia.
Tras la reanudación, la primera subida del día: el Col de Saxel (categoría 3). Resultó fatal para dos recién llegados al Tour: Romain Bardet (Team DSM) y James Shaw (EF Education). Se estrellaron en el descenso.
Giulio Ciccone (Lidl-Trek) se puso en cabeza en la segunda subida del día: el Col de Cou (categoría 1). Lo hizo de nuevo 20 kilómetros más tarde, arrebatando el liderato de la montaña a Michael Woods en el Col du Feu (categoría 1). Y lo volvió a hacer en el sprint intermedio del km 65.
El tren infernal del Jumbo... ¡sin éxito!
En la ascensión del Col de la Ramaz (categoría 1), Carlos Rodríguez sufrió un pinchazo y tuvo que hacer un sobreesfuerzo para no perder demasiada comba. En la escapada que se formó y que tomó unos cuarenta segundos sobre el pelotón estaban, entre otros, Mikel Landa (Bahrain Victorious), Gorka Izagirre (Movistar), Daniel Martinez y Alex Aranburu (Movistar).
Ciccone y Woods se fueron al frente, pero Woods se descolgó primero. En cuanto al italiano, consiguió continuar con su esfuerzo, pero a falta de 57 km, tras 6 kilómetros en cabeza, fue alcanzado por el pelotón. Todavía quedaban 7 km para llegar a la cima. Pero el Jumbo era demasiado fuerte y lideraba el tren, como de costumbre, como una apisonadora.
A medida que pasaban los kilómetros, ya neutralizados los escapados, el pelotón se deshacía y un puñado de corredores resistía al acercarse al Col de Joux Plane. Sepp Kuss y Wout van Aert luchaban por aferrarse a su líder danés. A falta de 8 km para la cima, siete corredores permanecían en cabeza: Jonas Vingegaard (Jumbo-Visma), Tadej Pogacar (UAE Team Emirates), Jay Hindley (Bora-Hansgrohe), Carlos Rodríguez (Ineos Grenadiers), Adam Yates (UAE Team Emirates), Sepp Kuss (Jumbo-Visma) y Felix Gall (AG2R Citroën).
Una nueva lucha
Vingegaard se quedó sin compañeros, mientras Pogacar tenía a Yates, que tiró en cabeza. Y a falta de 3,7 km, ¡Pogacar atacó! La brecha se cerró en el espacio de unos pocos segundos. La victoria podía decidirse en ese momento. Pero el maillot amarillo no se quedó atrás y ahí quedó ese intento.
Pero a falta de 1,7 km, Vingegaard se la devolvió. Se puso en cabeza. Los dos se midieron y se produjo un auténtico pulso, todo un regalo para los espectadores. El esloveno aceleró a falta de 400 metros, pero desgraciadamente fue frenado por la moto. Tuvo que detener su esfuerzo... A continuación, Vingegaard contraatacó y se puso en cabeza en la cima, pero Pogacar respondió e intentó volver a ponerse en cabeza. Qué espectáculo del uno y del otro. Detrás de ellos, Carlos Rodríguez estaba a unos veinte segundos. Adam Yates también estaba por ahí, a poco más de 10 km para la meta.
A pesar de las motos, el granadino consiguió no sólo llegar a los dos líderes sino incluso abrir hueco. Apenas fueron cinco segundos de ventaja los que tenía en los últimos 1000 metros, pero suficiente para levantar los brazos con tranquilidad, ganar la etapa y subirse al podio.
España vuelve a vibrar con otro Carlos.