Las cosas se pusieron serias hoy con la etapa 5, que marcaba la entrada en los Pirineos. La principal dificultad era el Col du Soudet, la primera subida sin categoría de la carrera de este año. Sobre el papel, un terreno de juego ideal para una escapada, con la primera gran batalla entre los favoritos prevista para mañana.
El inicio de la etapa fue completamente abierto, con Pierre Latour (TotalÉnergies) como primer atacante. Hubo muchos movimientos de aceleración para intentar formar una verdadera escapada, si bien hicieron falta algunos intentos más antes de que se formara la correcta... ¡con nada menos que 36 corredores!
Lo más sorprendente es que había algunos outsiders para la clasificación general, y sobre todo, un claro candidato al podio, Jai Hindley (Bora-Hansgröhe), ganador de un Giro de Italia. ¿Podría esto barajar las cartas del podium?
A pesar de todo, el pelotón dejó escapar a este gran grupo. Pero con 36 corredores, la colaboración no se presumía nada buena. Coquard se puso en cabeza, acompañado por Wout Van Aert (Jumbo-Visma), Mads Pedersen (Lidl-Trek) y Victor Campenaerts (Lotto-Dstny), antes de la gran subida y del sprint intermedio, que el francés ganó antes de volver a empinarse la montaña.
Ahí, en el Col du Soudet, se iba a producir una gran selección. En la cima del puerto, Félix Gall (AG2R-Citroën) se fue solo con algunos corredores detrás, entre ellos Madouas. En el descenso se les unieron Alaphilippe y Berthet para formar un nuevo grupo de unos veinte corredores destinados a luchar por la victoria.
Alaphilippe, Van Aert y Krists Neilands (Israel-PremierTech) construyeron una pequeña ventaja antes de la última subida del día, el Col de Marie-Blanque. Pero fueron finalmente Hindley y Gall quienes se pusieron en marcha para escaparse, con el primero ganando la etapa y vistiéndose de amarillo, y el segundo conformándose con el maillot de lunares. Detrás de ellos, Jumbo se puso en marcha y dejó atrás a todo el mundo, excepto, por supuesto, a Tadej Pogacar.
Pero el esloveno se quedó parado cuando Jonas Vingegaard apretó los dientes para iniciar una brutal exhibición. El danés marcó una diferencia increíble en las cuestas finales, y ya ha abierto un buen hueco con respecto a su principal rival (un minuto y tres segundos). De los españoles, mejor ni hablar. Landa, por ejemplo, se dejó casi tres minutos en la meta. Mejor estuvo Carlos Rodríguez, que entró en el grupo de Pogacar.
En cabeza, Jai Hindley se ha llevado la etapa y el maillot amarillo, beneficiándose del trabajo de todos los demás, y ha puesto sus miras en el podio. Aunque se esperaba que la gran batalla tuviera lugar mañana, algunos simplemente no tuvieron tiempo de esperar.