Había un aire de 14 de julio en esta 8ª y última etapa del Dauphiné. No sólo porque la carrera terminara en la cima de la Bastilla. El calor, el público y Jonas Vingegaard fueron un buen anticipo del Tour de Francia.

Normalmente, cuando Giulio Ciccone gana, lanza sus gafas a la multitud. Si no lo hizo el domingo, fue simplemente porque no las llevaba puestas. Se podía ver su mirada de éxtasis en la línea de meta mientras Vingegaard le pisaba los talones, unos veinte segundos por detrás.

El italiano se impuso al final de su sesión de manivela y desde las últimas rampas del Col de la Porte, a falta de 19 km, había descabalgado a Julian Alaphilippe, que en su día fue segundo de Vingegaard en la clasificación general y que había tenido una semana muy alentadora a menos de 3 semanas de la salida de la Grande Boucle de Bilbao.

El danés, vencedor de la carrera desde hace tiempo, completó su éxito descolgando a Adam Yates en la Bastilla, última dificultad de una etapa prestigiosa con dos 2ª categorías para empezar, el Granier, el Cucheron y la Porte à la File antes de la empinada subida final. Ben O' Connor terminó 4º en la etapa, Guillaume Martin 5º.