Rudy, Claver y Llull, los incombustibles de una renovada selección española
Sergio Scariolo ha presentado una convocatoria para el Mundial de baloncesto en la que la media de edad se encuentra fijada en 27,92 años. Un equipo joven que es la muestra evidente del cambio generacional que ha experimentado nuestro combinado nacional en los últimos tiempos.
El relevo de la mejor generación de jugadores de la historia de España está aquí y eso repercute directamente a la baja en los datos de longevidad de la escuadra que acudirá a defender el título planetario en la cita que se celebrará en Filipinas, Japón e Indonesia entre el 25 de agosto y el 10 de septiembre.
Sin embargo, el citado promedio de edad podría resultar mucho menor de no ser por la larga carrera que mantienen viva con la selección los tres hombres más veteranos del equipo que viajará al continente asiático. Rudy Fernández, Sergio Llull y Víctor Claver son el alma incombustible de un cuadro que sigue aprendiendo con ellos sobre la pista.
Curtidos en mil batallas
Empezando por el capitán Rudy Fernández, encontramos que la presencia de estos veteranos dota a España de una determinación que sólo puede transmitirse viviéndola en primera persona. El escolta del Real Madrid es todo pundonor. De no ser por su espíritu inquebrantable, su calidad le habría servido de poco. Se ha sobrepuesto a lesiones complicadas y otros problemas para seguir siendo importante a sus 38 años. Llega al Mundial siendo el único de la plantilla con dos entorchados en el torneo, con tres medallas olímpicas y cuatros oros del Eurobasket. Leyenda viva.
Otro merengue, Sergio Llull es el que aporta el fuego perpetuo a los de Scariolo. Un torbellino que ha tenido que ir adaptándose a una vida más tranquila a causa de sus problemas físicos. Pese a ello, continúa siendo una de las piezas de confianza del técnico italiano. Acumula siete metales en diferentes competencias con el equipo español y está recuperado de las molestias que ha arrastrado durante la preparación. Puede resultar decisivo en momentos en los que a los más jóvenes se les encoja el brazo por la falta de experiencia.
Víctor Claver es la clara prueba de que con trabajo todo es posible. Sin ser uno de los nombres más destacados en la época dorada de nuestra selección, siempre estuvo ahí. Vivió en sus carnes la victoria en el Europeo de 2009 y en otros dos más (2011 y 2015). Además, fue campeón del mundo en 2019 y se ha colgado dos medallas en los Juegos Olímpicos. Será su cuarta participación en la máxima competición internacional y tiene mucho juego y sabiduría que aportar.
Presumiblemente será la penúltima gran cita para Rudy antes de cerrar su carrera en los Juegos de París 2024. Los otros dos veteranos también se encuentran cerca del final de sus trayectorias, pero tal vez les quede algo más de cuerda. De momento, disfrutaremos de ellos durante las próximas semanas en el máximo escaparate del baloncesto terrestre.