Con el agua al cuello, con la amenaza de jugar sin red, el Barça sabía que necesitaba algo más que tirar bien ante el Real Madrid. Porque eso lo hizo de fábula en el segundo encuentro, incluso con porcentajes mejores que el rival, pero no le dio para ganar. Salieron, pues, con mayor agresividad, pero de un 7-2 se pasó a un 7-14.
Así que probó Grimau con otra fórmula: Darío Brizuela. La mamba vasca, inédito en el choque anterior, revolucionó a los suyos con 7 puntos e impidió que los blancos se marchasen en el electrónico. Aun así, el primer cuarto se cerró con 20-28 con Campazzo y Yabusele como destacados.
Vesely, descalificado
El otro arma blaugrana, jugándose en el Palau, era el del público. Los decibelios amenazaban los tímpanos, pero no impidieron que los árbitros pitasen una clara antideportiva a Vesely. Sería clave porque, ya en el segundo cuarto, el checo protestó airadamente y recibió una técnica que, unida a la anterior, conllevó su descalificación.
Quedaban 28 minutos, un mundo, y el Barça se quedaba sólo con Hernangómez como pívot. El marcador reflejaba entonces un 23-33. Contrariamente a lo esperado, desde ahí llegó la reacción (45-46) después de tres triples seguidos y 21 puntos combinados de Willy y Parker. Llegaron al descanso metidos aún en el encuentro (45-49). El acierto de ambos equipos en tiros de campo, brutal: 59 contra 58 %.
Jabari Parker, nivel NBA
Heridos en su orgullo aún, los catalanes dieron un nuevo giro de vuelta apoyándose en la calidad de Jabari Parker. En torno al americano, que posterizó a Tavares y llevaba 25 puntos cuando se tomó un respiro, crecieron sus compañeros y tomaron la delantera (57-55, min. 23).
La alternancia llegó para quedarse entre canastones, triplazos, faltas en ataque, protestas y técnicas. Y puntos, muchos, una oda al basket ofensivo, especialmente de un Barça que, con un triple sobre la bocina de Ricky Rubio, se fue a los 31 en el tercer cuarto (76-72, min. 30).
Factor ganador Campazzo
Lejos de acusar el golpe, el Madrid encontró con Poirier y Campazzo un camino directo hacia el aro para llegar igualados a 90 a minuto y medio del final. Tavares puso entonces un gorro espectacular a Laprovittola, demasiado atrevido, y Campazzo anotó dos penetraciones consecutivas para acabar con la eliminatoria y clasificarse para la final de la ACB.
Los mejores
Jabari Parker, con 27 puntos, fue el máximo anotador del partido. Estuvo bien secundado por Hernangómez, que demostró que con minutos puede ser un factor desequilibrante. 17 puntos y 8 rebotes para el madrileño. Por parte de los finalistas, Campazzo lideró con 21 puntos y 6 asistencias. Musa, con 14 puntos y 20 de valoración, y Yabusele, con 11 y también 20, fueron también primeros espadas.