Historia que hiciste, historia por hacer. Así se puede resumir lo que ha protagonizado el Real Madrid ante el Partizán en una de las eliminatorias más igualadas y más tensas que se recuerdan en la máxima competición continental. Una montaña rusa de emociones en las que los blancos han salido ganadores gracias a que nunca se rindieron y siempre creyeron. Sus dos últimos cuartos son para enmarcar.
Pero antes, desde el salto inicial, se notó la tensión en la cancha, con jugadores que huían de los lanzamientos exteriores y con unos árbitros que no permitían el más mínimo contacto. No fuera a producirse algún conato de pelea como el del segundo partido. De ahí los 18 tiros libres que lanzaron, sin fallo, madridistas y partizanos en el primer cuarto.
Salieron los de Mateo con el factor Tavares en ebullición -aunque se cargó de personales- y con buenos minutos del junior N’Diaye, la gran sorpresa en el quinteto. Obradovic se apoyó desde el salto inicial en Exum y en el reaparecido Punter para ir manejando pequeñas rentas que nunca superaron los 4 de diferencia. La igualdad y la agresividad defensiva fueron los protagonistas de un primer cuarto sin continuidad en el juego y que finalizó 22-23.
Punter abre hueco, tiembla el Madrid
En el segundo, un 3-10 de inicio, con Punter on fire, y con unos árbitros demasiado estrictos ante las protestas -técnica a Mateo por enfadarse consigo mismo- hizo temer lo peor (25-34). Se puso en zona el Madrid, entró en cancha Tavares tras un triple de Caseur y pareció comenzar una remontada que fue cortada de raíz de nuevo por los colegiados por una inexistente falta -la tercera- del gigante caboverdiano y con otra técnica al banquillo por protestarla. De un 30-34 se pasó a un 33-44 con Lessort abusando de la ausencia de centímetros en la zona blanca.
La impotencia era clara y la distancia no hacía más que aumentar con los puntos de Nunally y de Punter, quien ya tenía 16 en un descanso al que se llegó con la máxima renta para los serbios, +16 (39-55). No le quedaba otra al Real Madrid que reaccionar con urgencia en el tercer cuarto. Volvió a defender en zona para proteger a Tavares y después de estar 18 abajo, se puso a 10 (54-64). Había esperanza. Pero los triples de Punter, Exum y Leday impedían que bajaran de esa anímica decena.
La cuarta de Tavares... y el renacer del Chacho
Entre tanto, Lessort, con cuatro faltas, se fue al banco, mientras Tavares, que cometió también su cuarta, se quedó en pista. Lo necesitaba el Madrid. Como a Musa, el único que veía el aro grande. La luz al final del túnel empezó a verse en el minuto 29 con un triple de Sergio Rodríguez (66-75) y un final de acto al que se llegó 69-76 y con la preocupación por el estado de Rudy, al que Exum había arrollado de modo incontrolado.
Quedaban 10 minutos de una tensión que vivió algunos episodios en la grada, donde tuvieron que desalojar a varios aficionados del Partizán. En la pista, el Chacho, rejuvenecido 15 años, MVP, se echó el equipo a sus espaldas con puntos y asistencias para firmar la remontada (86-83). Y con Llull y sus mandarinas de socios, abrir incluso hueco (97-88).
Pero los de Obradovic no habían dicho aún su última palabra. Un parcial de 0-6 puso el nudo en las gargantas. Punter, su mejor hombre, tuvo un triple para igualar de nuevo, pero falló y Hezonja atrapó el rebote para cerrar el encuentro con un tiro libre colocando el 98-94 que les lleva a Kaunas para luchar por el cetro de la Euroliga.
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