No hay rival fácil en la Euroliga. Desde luego. Ni aunque enfrente esté el antepenúltimo de la clasificación, un grande histórico como los de Kaunas venidos a menos hace ya algún tiempo. Pero en el momento más inoportuno, llegó el bajón del Valencia Basket, que se queda ahora descolgado de los tres equipos que suman ya 11 victorias y pelean por la sexta plaza. Y el calendario se complica.
De nada sirvieron los 18 puntos de Brandon Davies y sus 24 créditos. Sólo Chris Jones estuvo cerca de su nivel, con 13 puntos. Poco al final para lo que necesitaba ante un enemigo en el que sobresalió Keenan Evans, autor de 24 puntos y de dos triples en los últimos instantes que terminaron siendo decisivos. Al explosivo jugador le acompañó Ulanovas, quien aportó 14 puntos y ocho capturas en el aro.
Mal comienzo
Ya desde el salto inicial, con el 0-6 de salida, avisaron los lituanos, en el segundo partido de Trinchieri en el banquillo, que no habían ido a Valencia de vacaciones. Los de Mumbrú despertaron en ataque gracias a Jovic, pero fueron incapaces de frenar su sangría en defensa y encajaron 27 puntos en los diez primeros minutos.
La historia fue la misma en el segundo cuarto, con un Zalgiris muy serio ante el quiero y no puedo de los anfitriones. La diferencia nunca superó la decena, pero tampoco bajó de los cuatro. Al descanso, 42-48.
Había que cambiar cosas y ajustó su quinteto Mumbrú para, por fin, encontrar el camino correcto hacia la remontada. Lejos de su mejor nivel está aún el último en llegar, Kevin Pangos. Aun así, llegó la primera ventaja (55-54), que se mantuvo hasta el comienzo del último cuarto (66-62, min. 31).
Pero no fue el día de la regularidad en los taronja, quienes funcionaron a tirones, en especial un Harper muy fallón. Y si bien se colocaron a uno (79-80, min. 38), con posibilidad de, con una buena defensa, tener posesión para ganar, al final terminaron hincando la rodilla ante la mejor lectura del rival.