La incomodidad de Hezonja en el Madrid: "Hemos hecho lo que teníamos que hacer y ya está"
SuperMario es cada vez menos súper en el Real Madrid. Su participación no está siendo la esperada, pues Chus Mateo prefiere la aportación de Gaby Deck y Yabusele antes que la del croata. En parte, quizás, por la implicación que muestran fuera del vestuario. Porque cualquiera que vea jugar a Hezonja sabrá que reparte calidad en ambos lados de la cancha y que merece más minutos.
En la final, por ejemplo, salió a jugar en el segundo cuarto y en los 7:40 que estuvo en la pista anotó 12 puntos, añadiendo dos rebotes y una asistencia. Fue clave para mantener a los blancos al frente. Pero luego, Chus Mateo decidió no rotar y sólo salió a falta de 3:23 para el final del encuentro cuando Deck ya mostraba signos de fatiga. La cara del balcánico era un poema.
Era algo que se veía venir. En la presentación de los jugadores al inicio de los partidos, todos salían desde el túnel trotando al escuchar su nombre. Hezonja lo hacía andando, sin ganas y desmotivado. Así en los tres encuentros.
El culmen de su apatía llegó tras ganar la final. Fue el único que no se detuvo a hablar en la cancha con los medios. Y en los vestuarios llegó su queja y lamento por la tardanza en celebrar y, por tanto, en volver a Madrid. "¡Venga, vamos, tío! ¿Que nadie quiere ir a Madrid, todos quieren quedarse aquí? Hemos venido, hemos hecho lo que teníamos que hacer y ya está. A casa. Que hay que ir a Croacia, joder", espetó dando muestras de su impaciencia y malestar.
Su idilio con el Panathinaikos
En el duelo que el Madrid jugó en Euroliga en Atenas, la afición del Pao le trató como una estrella muy querida. Y Hezonja correspondió devolviendo los aplausos y dejando ver que querría volver a jugar para ellos. El guante está recogido y el Panathinaikos le ha hecho una propuesta millonaria que alcanza, según Marca, los dos millones de euros netos por temporada.
Los blancos, por contra, no pueden igualar esa propuesta teniendo que renovar a Tavares y a Poirier. De ahí que Mario se esté viendo más fuera que dentro. Precisamente, el próximo partido del campeón de Copa será en el Wizink Center ante el conjunto griego. Morbo asegurado.