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'Baby Shaq' Yacoubou, una historia marcada por el balón naranja y sus bebés

AFP
Yacoubou anotó 35 puntos en el partido contra el Union Hainaut
Yacoubou anotó 35 puntos en el partido contra el Union HainautJULIEN DE ROSA / AFP
"El primer cuarto de hora, pensé en abortar". La antigua basquetbolista francesa, apodada así en referencia al ex jugador de la NBA Shaquille O'Neal, explica a la AFP las dificultades atravesadas, sobre todo las reticencias de sus clubes, para conciliar su carrera deportiva con el papel de madre.

Pilar de la selección gala (147 partidos) que ganó el Campeonato de Europa en 2009 y la plata olímpica en Londres allá por 2012, Isabelle Yacoubou (36) se considera como "una de las primeras mujeres en haber asumido la maternidad en un medio en el que atreverse a ser madre comporta aún numerosos obstáculos y prejuicios".

La pívot detalla su historia en su autobiografía 'Géante' ('Gigante'), la de una jugadora de 1,90 nacida hace 36 años en Benin y que llegó a ser capitana de la selección francesa en los Juegos de 2016.

Entonces, ya era madre de su primer hijo, Espoir, que había adoptado unos años antes y entendía que "para poder rendir bien, me tenía que acompañar en las concentraciones" del equipo nacional, numerosas en año olímpico, entre el torneo de clasificación y los Juegos en Rio.

Tras negociarlo, obtiene la autorización de la federación para que su hijo pueda estar en las concentraciones en Francia y durante el torneo de clasificación, que dura "alrededor de seis semanas" sobre los tres meses que ese año estuvo concentrada con la selección.

Durante los entrenamientos, su entonces marido, Andrea, se ocupaba del niño, ya que Yacoubou no gozaba de ningún entrenamiento adaptado a su situación.

En Estados Unidos "no hay debate"

Lamenta haber tenido que "pelear" por este derecho, cuando en Estados Unidos (donde jugó varios años en la liga profesional WNBA) la presencia de los niños con sus madres-jugadoras en los desplazamientos "no es objeto de debate", según la deportista.

"Cuando Candace Parker (una gran jugadora estadounidense de los años 2010) dio a luz, su bebé y su pareja hacían los desplazamientos con ella toda la temporada. También hay ejemplos en los países nórdicos", insiste.

Prueba de que aún hay mucho camino por hacer en este tema, Valériane Vukosavljevic, a la que considera como su "hermana menor", renunció al Mundial de Australia en septiembre de 2022 con la selección francesa, al considerar que no se daban "las condiciones óptimas" para viajar con su hija de seis meses, pese a que la "federación había escuchado" sus deseos.

Isabelle posa para una sesión de fotos
Isabelle posa para una sesión de fotosJULIEN DE ROSA / AFP

Yacoubou, cuyo apodo 'Baby Shaq' o 'Shaqoubou' está relacionado con su tipo de juego parecido al de Shaquille O'Neal, muy potente y de mucha movilidad, vivió este episodio como "una decepción".

Cuando tuvo a su hija Lyna, en 2018, ya había puesto fin a su carrera internacional (tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016) para consagrar más tiempo a su familia.

Entonces jugaba en Schio, en Italia. Pese a su proximidad con el presidente, entra en pánico al saber que está embarazada. "Durante el primer cuarto de hora, pensé en abortar. ¿Qué voy a hacer? Tengo miedo de decírselo a mi empleador".

Amamantar cueste lo que cueste

Ante la falta de garantías, Yacoubou decidirá, tras un año sabático, fichar por el Bourges, el club más grande de Francia.

Desea seguir amamantando a Lyna cueste lo que cueste y llega a comprarse un "congelador portátil" para poder sacarse leche y conservarla, descubriendo entonces los "sacaleches y toda la parafernalia para la mamá lactante".

Pero no encontró apoyo de su club, "que me dio a entender, a través del médico, que estaría bien que dejase de amamantar para perder peso y retomar una actividad física más intensa".

"Para mí no era negociable", explica Yacoubou, recordando sus primeros desplazamientos sin su hija, "inconsolable" al tener que separarse de ella, "de tener subidas de leche y no poder alimentarla".

En el verano de 2022 decide regresar a su club formador, el Tarbes, donde tiene más facilidades para conciliar la maternidad con el deporte de alto nivel, entre ellas los permisos para poder ocuparse de Lyna (5 años) y Espoir (11). Solo se entrena una vez al día (en lugar de dos) y la sesión colectiva al final de la mañana y no más tarde, para que pueda recuperar a sus hijos a la salida del colegio.

Ahora tiene tiempo, incluso, de sacarse por la tarde el diploma de entrenador, una nueva carrera que piensa comenzar cuando cuelgue las zapatillas en el verano de 2024.