Victoria ante Bol, oro olímpico y récord mundial en 400 m vallas para McLaughlin
En uno de los duelos más esperados en el atletismo de los Juegos Olímpicos de París, Sydney McLaughlin-Levrone sacó todo su potencial en la segunda mitad de la carrera para abrir una brecha gigantesca con sus rivales y repetir el oro olímpico en la final en el Estadio de Francia, frente a su compatriota Anna Cockrell, plata con 51.87 y mejor marca personal.
Femke Bol hizo un tiempo de 52.15 y repitió el bronce de Tokio.
McLaughlin-Levrone, campeona en tierras japonesas hace tres años, demostró que era la favorita, y dio un golpe de mano frente a una oponente, la neerlandesa, crecida por el oro conseguido en París en el relevo 4x400 metros mixtos con un esprint ganador que fue una de las sensaciones de esta edición.
"Sabía que iba a ser una carrera dura. Una competición increíble, de principio a fin", dijo la eufórica ganadora, que cumplió 25 años este miércoles y celebró su nuevo triunfo con toda su familia.
Bol, por su parte, reconoció haber tenido "una mala carrera".
"No tengo explicación"
"En una final olímpica, lo que quieres es hacer tu mejor carrera. Pero fallé. No estoy segura de dónde cometí el error. Se me juntó demasiado ácido láctico, con 300 metros todavía por delante. No estoy segura, no tengo explicación, realmente", declaró la neerlandesa, que pese a todo prometió "intentar disfrutar esta medalla de bronce".
Ambas atletas llegaron a la final de París copando 21 de los 25 mejores tiempos de la historia en la distancia.
Pero la estadounidense confirmó que es la mejor, después de haber batido su plusmarca mundial en los preolímpicos de Estados Unidos, el 30 de junio en Eugene (Oregón), con un crono de 50.65.
Un tiempo todavía mejor que el 50.68 cosechado en la final del Mundial disputado en esa ciudad en 2022, cuando se impuso a la deportista de Países Bajos.
Femke había avisado no obstante de sus ambiciones, respondiendo a mitad de julio durante una prueba en Suiza con su primer crono por debajo de los 51 segundos, en 50.95.
La neerlandesa de 24 años se había coronado campeona del mundo de la distancia en Budapest (2023), donde no estuvo una McLaughlin por entonces lesionada, que ahora regresó para defender su reinado olímpico.