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Para Eliud Kipchoge, los Juegos de París arrancan en el valle del Rift

AFP
Eliud Kipchoge, atleta keniano
Eliud Kipchoge, atleta kenianoAFP
Aún no ha amanecido en el altiplano keniano del valle del Rift, pero la estrella del maratón Eliud Kipchoge cruza la verja que rodea su campo base de Kaptagat para iniciar una nueva jornada de entrenamientos de preparación para París-2024.

A tres meses del maratón olímpico, previsto el 10 de agosto, en donde el legendario atleta keniano de 39 años buscará un tercer oro para entrar definitivamente en el Olimpo, Kipchoge se dispone a comenzar su "long run" ("carrera larga") semanal.

Tapado con una gorra y con guantes en las manos para protegerse de la llovizna y de la fresca matinal, Kipchoge lidera el pelotón de atletas compuesto por residentes en el campamento deportivo, entre ellos la atleta estrella del mediofondo Faith Kipyegon, pero también por corredores locales desconocidos que vienen con la esperanza de ser descubiertos por los técnicos.

El programa del día consta de 30 kilómetros de carrera sobre carretera.

Los atletas abandonan las pistas de tierra roja que atraviesan el bosque que rodea el campamento, embarradas por las lluvias diluvianas que han caído en el país africano desde hace un mes. "La naturaleza nos dice 'no'. Y lo dice bien alto", bromea Patrick Sang, su entrenador de toda la vida.

A lo largo de los kilómetros, el pelotón se estira hasta romperse en varios grupos.

Sólo el coche de los entrenadores, con Patrick Sang y el campeón olímpico en 2008 de los 3.000 m obstáculos Brimin Kipruto, protege a los corredores de los camiones y de los 'matatus' (taxis colectivos) que les adelantan a toda velocidad sobre unas carreteras onduladas.

En el grupo de cabeza, impasible, Kipchoge suma kilómetros a un ritmo constante. Finalizará en cabeza los 30 km, junto a otros seis corredores, en una hora y 40 minutos.

 "Juegos cruciales" 

"Me siento bien, pero los próximos meses van a ser aún más interesantes", asegura el icono del atletismo keniano en una entrevista a la AFP al término de la sesión de entrenamiento.

El doble campeón olímpico de la disciplina (2016, 2021) ha comenzado el último bloque de preparación que debe llevarle a intentar lograr el objetivo de toda una vida: "Convertirme en el primer ser humano en ganar tres veces consecutivas" el maratón olímpico, superando al etíope Abebe Bikila (1960, 1964) y al alemán Waldemar Cierpinski (1976, 1980).

"Estos Juegos son cruciales", resume.

Para el considerado el mejor maratoniano de la historia, los títulos olímpicos son "más importantes que los majors", en referencia a los seis grandes maratones que se disputan anualmente y en los que ya ha ganado en once ocasiones desde 2014 (cinco en Berlín, cuatro en Londres, una en Tokio y Chicago).

Su ambición permanece intacta pese a sus dos malos resultados en el maratón de Boston en 2023 (6º) y en Tokio el pasado mes de marzo (10º), tras los que recibió críticas.

"Soy lo suficientemente mayor para poder gestionar cualquier traspié. Sé que el deporte, no es forzosamente obtener buenos resultados todos los días", se defiende.

Su 10º puesto en Tokio fue motivado "por el cansancio", explica un Kipchoge que ha reconocido el trazado del maratón olímpico parisino, desfavorable a sus condiciones según los entendidos. "Trabajo las subidas y las bajadas, pero más globalmente, quiero llegar suficientemente preparado físicamente".

"Ya está en París" 

Para conseguir su objetivo, apuesta por su vida de asceta y su fuerza de trabajo que le han llevado a la cima de su disciplina.

"Eliud es muy constante (en el trabajo), pero la manera como se concentra para París, es otra cosa", asegura Victor Chumo, miembro del equipo que le ayudó a bajar de la mítica barrera de las dos horas (1h59:40) en 2019, una marca que no fue homologada por estar organizada por su patrocinador.

"Es aún más 'agresivo' en su preparación que los años anteriores. La manera como se entrena, como descansa, llega más temprano al campamento... Demuestra que busca algo realmente especial", añade.

"Su espíritu ya está en París", desliza Daniel Mateiko, joven promesa del fondo keniano que entrena al lado de Kaptagat.

Su preparación ha estado también marcada al ritmo de los controles antidopaje, que la federación keniana ha reforzado ante la presión de las instancias internacionales.

"Este año están siendo más frecuentes", reconoce un Kipchoge que asegura someterse a un control "todas las semanas", cuando en otras temporadas era "una o dos veces al mes".

La cuenta atrás ha comenzado para este atleta ante los que deberían ser sus últimos Juegos, aunque asegura que no piensa en ello: "Cada cosa en su momento".

Su vuelta a la capital francesa estará cargada de simbolismo. Fue allí donde ganó en 2003, con solo 18 años, su primera corona mundial, con el título de los 5.000 metros ante dos leyendas del fondo, el marroquí Hicham El Guerrouj y el etíope Kenenisa Bekele. "En París comenzó mi carrera de atleta", sentencia.