Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad

Álvaro Martín, la voz reivindicativa de la marcha española

AFP
Álvaro Martín, en París
Álvaro Martín, en ParísAFP
En los últimos años, Álvaro Martín no solo ha sido noticia por sus medallas sino también por su movilización en favor del futuro de la marcha. Este miércoles reivindicó su disciplina a lo grande, con un oro olímpico.

Ni siquiera en plena celebración tras su victoria en el relevo mixto de los Juegos de París-2024, con la Torre Eiffel de testigo, se olvidaba de ese combate.

"Ahora que tenemos la palabra y se nos escucha, hay que seguir reivindicando. Somos los peleones en ese sentido pero luchamos por las nuevas generaciones que vienen, tenemos muy buena cantera y muy buenos entrenadores", dijo el marchador extremeño de 30 años con su compañera del relevo y amiga, María Pérez, a su lado.

En este ciclo olímpico, su batalla no ha estado solo en los entrenamientos sino en conseguir que la marcha no desapareciera del programa olímpico en el futuro.

La movilización de marchadores fue mundial y Álvaro Martín fue uno de los más activos en España, lo que le trajo más de una polémica con directivos del atletismo.

Finalmente, hubo armisticio en 2023 con la noticia de que la marcha iba a seguir en los siguientes Juegos Olímpicos, en contra de lo que se temía inicialmente.

"Sabemos que ganamos una batalla, la de estar en los Juegos Olímpicos de Los Angeles en 2028, pero no la guerra", dijo en una entrevista con la AFP en los días previos a su participación en París.

Sus desacuerdos con los responsables del atletismo de su país han tenido otros puntos de fricción recientemente, cuando salió en defensa de compañeros que habían quedado fuera de la lista olímpica para París-2024 y promovió una recogida de firmas.

Pero a Martín le gusta cabalgar sobre caballos de batalla y se ha movilizado también, en redes sociales y fuera de ellas, en favor de que haya controles antidopaje más frecuentes, en contra de la publicidad de casas de apuestas o incluso a favor de que se cambie el día de su región, Extremadura, a una fecha que conmemore un levantamiento de campesinos para ocupar fincas agrícolas en la provincia de Badajoz en 1936.

 No era el último tren 

Pero ninguna protesta, campaña o movilización ha desviado a este atleta de 30 años, graduado en Ciencias Políticas y Derecho, respecto a lo que más ama: la marcha atlética.

Destacó desde muy pronto en su deporte y en 2010 tuvo su debut internacional en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur, donde logró un noveno puesto.

En 2012 debutó a los 18 años en los Juegos Olímpicos, en Londres, pero abandonó. Y un año más tarde se estrenó en el Mundial acabando 24º, en el mismo año 2013 en el que era bronce en el Europeo júnior.

La semilla estaba plantada. Sus últimos años han sido los mejores.

El Europeo ganado en 2018 le situó por fin en la élite, pero los Juegos Olímpicos de Tokio le dejaron con sabor amargo al ser cuarto y sentir que se le había escapado "el último tren".

Pero se repuso, fue campeón de Europa de nuevo en 2022 y en el Mundial de Budapest ya dio el gran salto, con un doblete de títulos 20-35 km, un presagio de su bronce olímpico en 20 kilómetros en París y su oro junto a María Pérez como final de fiesta.

A su regreso a España podrá por fin disfrutar de un merecido descanso y ver el regreso de su amado Leganés a la primera división del fútbol español, otra de sus pasiones.