Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad

A sus 48 años, la gimnasta uzbeka Chusovitina sueña con los Juegos de París

AFP
Chusovitina en Hangzhou el jueves.
Chusovitina en Hangzhou el jueves.WILLIAM WEST/AFP
La gimnasta uzbeka Oksana Chusovitina compite esta semana en los Juegos Asiáticos a la edad de 48 años, décadas después de su debut internacional con la Unión Soviética. Ahora se ha propuesto competir en los Juegos de París del año que viene.

Chusovitina había anunciado su retirada del deporte tras los Juegos Olímpicos de Tokio hace dos años, pero su amor por la gimnasia pronto le hizo cambiar de opinión. "Voy a entrenarme y ahora sé exactamente lo que tengo que trabajar para participar en los Juegos Olímpicos", declaró Chusovitina tras la final de salto del jueves.

Serían sus novenas Olimpiadas, 32 años después de ganar el oro por equipos en los Juegos de Barcelona con el "equipo unificado" de los antiguos Estados soviéticos.

Nacida en Bujara (Uzbekistán) en 1975, Chusovitina se trasladó a Alemania en 2002 para cuidar de su hijo, enfermo de leucemia. Obtuvo la nacionalidad alemana en 2006 y ganó una medalla de plata con sus nuevos colores en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. De regreso a su país natal en 2013, fue incluida en el Salón de la Fama de la Federación Internacional en 2017 y nombrada deportista uzbeka de la década en 2010.

Esta semana, Oksana Chusovitina participa en sus quintos Juegos Asiáticos en Hangzhou, donde ya ganó el oro en las pruebas de suelo y salto en 2002. De momento, este jueves no pudo subir al podio en salto, quedándose a 0,150 puntos del bronce en una competición en la que algunas de sus rivales eran 30 años más jóvenes que ella.

"Hoy (jueves) me ha faltado un poco de inspiración, pero no es grave, la vida aún no se ha acabado", declaró Chusovitina tras la final.

"Estoy muy contenta de haber conseguido todo lo que me había propuesto, así que seguiremos adelante. Me conformo con entrenar, participar en competiciones y disfrutar", añadió, ya con la vista puesta en la próxima cita de la gimnasia en Hangzhou. Antes, por qué no, de pensar en París 2024.